Mineápolis se había propuesto unas metas de acción sobre el clima muy ambiciosas, pero la actualización de su estrategia energética para alcanzarlas se hacía esperar. Además, la población negra y los grupos de inquilinos y usuarios de rentas bajas sufrían desventajas, tanto a la hora de costearse las soluciones de energía limpia para calefacción (p. ej., los paneles solares), como para buscar empleo en el sector local de energía limpia. Community Power vio la necesidad de aplicar un modelo diferente basado en la igualdad y los beneficios locales, la apropiación por parte de los usuarios y el poder de la toma de decisiones.
El objetivo inicial de la campaña consistió en dar a la ciudad la opción de municipalizar sus servicios energéticos. La campaña abrió un debate en el seno del equipo municipal del que surgió la creación del primer partenariado entre consistorio y empresas de servicios municipales, más conocido también como Partenariado de Energía Limpia de Mineápolis (CEP, por sus siglas en inglés). Community Power fue el artífice de reducir el periodo del contrato de licencias a 5-10 años para conseguir un mayor grado de responsabilidad, y estableció un comité asesor de 15 miembros, entre los que había representantes de distintos distritos. En coalición con un grupo de base de la comunidad negra, Community Power defendió también el fondo de igualdad racial del partenariado en las sesiones presupuestarias del Ayuntamiento.
Tras crear el partenariado, Community Power comenzó a ampliar estos procesos para reforzar la democracia energética y consolidar el nivel de bienestar de la comunidad de diversas maneras. Por ejemplo, continuando su influencia en el plan de trabajo del partenariado y asumiendo su responsabilidad en el proceso, mediante el Comité Asesor Ciudadano del Partenariado y sus miembros de base; sentando las bases de un movimiento de financiación inclusiva (un modelo de financiación por tarifas que prescinde de créditos e inversión inicial, y en el que los réditos de ahorro se perciben desde el primer día); concediendo accesos a la energía solar de la comunidad; y comprometiéndose con la comunidad de arrendatarios en una defensa más amplia de sus derechos, entre los que se incluyen aspectos relacionados con la accesibilidad y la asequibilidad a la energía.
Esta historia se publicó originalmente en el Atlas de utopías.